Verano de 2022, Valentín Moreno Martínez (2º BTO) tiene una idea: hacer un cortometraje. En junio del 2023 lo rueda con sus compañeros, y en septiembre, lo estrena. En aquellos primeros momentos Valentín tenía «en mente grabar un cortometraje con un mensaje social, basado en la vida diaria de la gente con autismo. Abandoné está idea por la falta de documentación. Y a medida que iba escribiendo solo se me ocurrían acontecimientos que causaban intriga o miedo, siendo el punto de inflexión para querer cambiar la trama a una de thriller/terror». El cortometraje, El Mausoleo, tiene ya más de 1200 visualizaciones, y el Equipo de Redacción de ADN entrevista a su director y guionista para celebrar está mágica cifra.
Valentín, ¿cuál fue la principal dificultad para ejecutar esa primera idea veraniega de rodar un cortometraje?
La principal dificultad que encontramos para llevar a cabo el proyecto se daba en la falta de materiales y localizaciones para el rodaje. Estos problemas se solventaron rápido, ya que el instituto no tenía problema en que grabásemos en sus instalaciones. Y en cuanto al material audiovisual, conseguimos ciertas herramientas contactando con gente relacionada con el mundo cinematográfico.
¿Y el del rodaje?
La falta de conocimientos, sin embargo, resultó ser el problema más difícil de gestionar. Ya que había problemas que retrasaron el rodaje varias horas. Estos problemas se debieron a la falta de conocimiento acerca de cómo rodar un corto. A medida que el rodaje avanzaba, los conocimientos también, agilizando, así, el rodaje. También agilizó el rodaje el apoyo recibido por parte del equipo directivo, de los docentes del centro y de los participantes del cortometraje, que fortalecieron y motivaron al equipo de rodaje.
¿Cuánto tiempo ha costado todo, desde la gestación de la idea hasta su estreno en el instituto?
Teniendo en cuenta que el rodaje se pospuso varios meses, tres para ser exactos, el proceso de desarrollo, el proceso artístico y el de montaje, llevó aproximadamente 13 meses de trabajo.
¿Y dinero?, ¿cómo se ha financiado?
Al carecer de fuentes de ingresos, intentamos utilizar materiales baratos, como el maquillaje, o materiales propios, como la cámara, el micrófono y otros elementos del equipo. El IES Navarro Villoslada ayudó bastante con los materiales.
¿Qué asignaturas o actividades del instituto os han proporcionado los conocimientos, las habilidades y las inquietudes necesarias para llevar a cabo este proyecto?
El planteamiento del cortometraje se dio meses antes de comenzar el curso, de modo que nuestros conocimientos y habilidades fueron nulos. No obstante, cuando empezamos a ejecutar el proyecto, la asignatura optativa de Literatura, Cine y Publicidad y su profesora, Raquel Albizu, estuvo dispuesta en todo momento a colaborar con el cortometraje respondiendo a cualquier tipo de duda que tuviéramos. Pero cómo dijo Machado: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.» y no hay mejor manera de aprender que mediante los fallos de uno mismo.
¿Qué es “el mausoleo” del título?
El título del cortometraje se pensó en base a la trama inicial, la cual evolucionó bastante hasta llegar a su versión final. Un mausoleo según la RAE es un «sepulcro magnífico y suntuoso». El nombre se dio ya que la trama inicial localizaba el instituto sobre un mausoleo, motivo por el que ocurrían hechos paranormales en él. Finalmente, la trama cambió, pero decidimos mantener el título para tener presente el largo proceso y las ideas iniciales que teníamos, pero en realidad no tiene apenas relación con la trama final.
¿Cómo se origina la trama?
La trama se hizo desde cero. De hecho en ningún momento se estaba siguiendo ninguna estructura planteada anteriormente. La trama avanzaba por sí sola, a medida que se escribía. Además, sin experiencia previa, las primeras versiones de guion tenían muchos fallos, de modo que el guion se fue adaptando a la realidad del proyecto. E incluso cuando la estructura del guion y la mayoría de diálogos estaban listos para antes del rodaje, durante las dos semanas que duró el rodaje, se realizaron varios cambios porque había partes que no cuadraban con el script o la continuidad de la historia y nos preocupaba que se comprendieran. Estos fueron cambios minúsculos, pero supusieron trabajo.
¿Cómo se logró la participación de cerca de cincuenta personas?
La participación de tantos figurantes fue posible gracias a la difusión del instituto (equipo directivo) que ayudó en todo momento al proyecto, haciendo promoción del mismo y animando a los estudiantes a formar parte de él.
¿Valentín, qué te queda de la experiencias, volverás a grabar un cortometraje, tienes vocación cinematográfica?
Principalmente llevé a cabo el proyecto por experimentar, porque creo que todo se ha de probar se tenga o no vocación, de hecho, sí no se prueba no se sabe si hay una verdadera vocación. Desde luego, no quiero que esté sea mi último cortometraje. He aprendido muchas cosas que me gustaría aplicar en futuros proyectos, pero nunca viene mal una pequeña pausa después de tanto trabajo, agobio y estrés. Aunque desde luego el resultado fue muy satisfactorio y alivió toda esa presión surgida durante el rodaje.
¿Hay un circuito para cortometrajes como “El Mausoleo”, concursos o plataformas además de Youtube para su difusión?
El cortometraje está publicado únicamente en YouTube y Vimeo. Tuvimos en consideración presentar el proyecto a algún concurso, pero si algo teníamos claro es que el corto lo hicimos por nosotros y no para ganar ningún premio. También éramos conscientes de que el nivel de este proyecto no era tan alto cómo otros, por eso preferimos dejar esta idea de lado y esperar a tener un mejor proyecto que poder presentar.
¿Qué fue lo más divertido del rodaje?
El rodaje estuvo plagado de buenos momentos, de risas. Las tomas falsas, y los momentos más humildes del rodaje, solaparon ese estrés y agobio que envolvía a todo el equipo. Al final es un trabajo que conlleva muchas horas y esfuerzo, y está sensación es inevitable. Si tuviera que elegir algo del rodaje sería la cantidad de gente que conocí y todo lo que aprendí. Aprender de esta manera, rodeado de gente tan maravillosa hace que tanto esfuerzo merezca la pena.
Muchas gracias, Valentín, y ya sabéis, compañeros, trabajar juntos en aventuras tan divertidas como esta de Valentí hace que todo esfuerzo merezca la pena, ¡animaos!