“Si vas a letras no vas a tener trabajo”
“No malgastes tu inteligencia”
“¿Para qué quieres estudiar una lengua muerta?”
“Ponte a leer tumbas”
Comentarios de este estilo se escuchan cada vez más en el ámbito escolar actual. Y “letrasada”. Elvira Lindo escribió en un artículo del País titulado No me llames letrasado: “Aquel viejo dicho de él que vale, vale, y el que no pa’ letras se ha actualizado: en los institutos el término “letrasado” se ha hecho tristemente popular”. “Letrasada” es probablemente la palabra más dura, el comentario más despectivo, pero, sobre todo, el que a todas luces define más y mejor a quien habla que a quien escucha: porque quien dice “letrasada” es alguien que no comprende la auténtica naturaleza de conocer, de saber, de aprender, de entender y que sólo por su ignorancia está profundamente convencido de su perspicacia. Cuando en verano de 2022 el alumno Gabriel Felipe Plaza fue entrevistado para la cadena SER por ser el alumno más brillante de aquel curso en la Comunidad Autónoma de Madrid con una media final de 13,964, y 10 en todas las pruebas de la EVAU y dijo que iba a estudiar Filología Clásica, las redes se incendiaron. Fue tal el acoso y los insultos que Gabriel tuvo que tomar la decisión de abandonar las redes sociales. ¿A qué tanto odio?, ¿qué peligro tiene que los alumnos brillantes se entreguen al estudio y a la práctica de las humanidades?, ¿por qué provoca rechazo?
Leemos las portadas de los periódicos de hoy y lo entendemos: bombardeos en hospitales de Gaza, agresiones sexuales, políticos corruptos, pateras fantasmas que acaban en las costas del otro lado del océano, listas de espera mortales en la sanidad navarra, plástico en los océanos, pobreza, violencia, miedo… Todos estos asuntos requieren para su resolución una decisión moral alejada de la inmanencia de lo que ocurre y reacciona, del dato, de lo empírico. Todos estos asuntos que tanto daño causan siempre a otro requieren de un razonamiento humanístico que nos libere del aquí y ahora. “Aquí y ahora” no, “siempre y para todos” decimos nosotros, los Letrasobrados.
Siempre hay quién acude al argumento de las salidas laborales y el de la inutilidad de estudiar nada que esté relacionado con las letras. Quien lo hace instrumentaliza la inteligencia de los alumnos más brillantes, los que por fuerza necesitamos que lideren nuestras comunidades. ¿A quién le interesa descabezar el gobierno de las comunidades en el bien común, la expansión de las mentes, la interpretación de la cultura, la fiel traducción de las lenguas, el ejercicio de las ideas y de los valores, la redacción de las leyes, la gestión de la justicia…? ¿Por qué querrían privarnos de esos bienes a las futuras generaciones? No señalamos, pero es evidente que quien mercadea con la inteligencia sólo tiene un objetivo: el beneficio espurio y económico propio, y un desprecio inmenso por el bienestar humano. Los de letras no valemos, no tenemos precio, no tenemos uso, tenemos un valor que no necesita ser validado por el mercado laboral ni por el consumismo. Ser de letras es un gesto subversivo radical e inteligente.
No te dejes engañar porque ahora, tanto como siempre, el mundo entero te necesita LETRASOBRADO.
MANIFIESTO “SOMOS LOS LETRASOBRADOS”
- Estamos sobrados de ilusión por cambiar el mundo.
2. Estamos sobrados de confianza en que nos ganaremos la vida muy dignamente.
3. Estamos sobrados de compromiso con lo que nos hace personas y no animales.
4. Estamos sobrados de admiración por lo que han hecho y pensado otros antes que nosotros.
5. Estamos sobrados de curiosidad por comprender al hombre.
6. Estamos sobrados de interés por la trasmisión del conocimiento y la información veraz y edificante.
7. Estamos sobrados de cultura.
8. Estamos sobrados de amor por la sabiduría.
9. Estamos sobrados de orgullo por lo que estudiamos.
10. Y, sobre todo, estamos sobrados de humildad.
Equipo de Redacción ADN