Todos los que lean este artículo probablemente ya sepan qué es el autotune y que actualmente la mayoría de los cantantes lo emplean, y puede que piensen que con él cualquiera puede ser cantante, pero ¿realmente es así?
A ver, es bastante evidente que el autotune tiene la posibilidad de cambiar tu voz casi por completo y que por eso muchos cantantes actuales lo han utilizado de forma descarada. Pero no hemos reflexionado más allá: no sabemos su origen ni cómo está afectando nuestro día a día. Por esta razón, nos pareció interesante pararnos un momento a pensar sobre el autotune y cuestionarnos el uso de esta herramienta en el mundo de la música.
Para comenzar tenemos que conocer el origen del autotune, ¿Qué es?, ¿quién lo creó? El autotune fue inventado por Hildebrand, un ingeniero de Exxon y es un programa especial de audio llamado plugin para presentaciones en vivo. La primera persona que lo usó fue Cher, una artista que lo empleó por primera vez en 1998 con su canción Believe.
En sus primeros años, fue utilizada para mejorar la calidad de las partes vocales sin que fuera evidente que el canto había sido alterado. Sin embargo, actualmente es más común ver su uso de forma excesiva, como el caso del grupo Eiffel 65 donde en uno de sus últimos álbumes emplean el autotune en todas las canciones. Un ejemplo más cercano es el concierto de Quevedo, que, como vimos los que fuimos al concierto que hizo en Pamplona, utilizó el autotune como una herramienta más en sus canciones. De hecho, si nos preguntamos cómo es la voz de Quevedo, ¿cómo la describimos? En nuestra opinión, como una voz completamente estandarizada, sin ningún matiz. Esto es una de las peores consecuencias del autotune, hemos desprestigiado el arte de cantar de forma especial, diferente. Esto no quiere decir que Quevedo no cante bien, sino que canta como todos los cantantes. Sin embargo, hay recursos artísticos que utiliza específicamente él en sus canciones que serían imposibles de hacer sin el autotune, como por ejemplo giros o voces metalizadas, fomentando su creatividad como cantante y facilitando la producción de su música.
Y no solo pasa con Quevedo… Seguramente todos conocemos títulos como Despechada o Bizcochito de Rosalía, una artista que en menos de seis años ha conseguido elevar su música por todo lo alto. Ganadora de 2 Grammy Awards, sacó el álbum Motomami en 2022 que llegó a ser el #1 en la lista global de álbumes de Spotify (La primera española en conseguirlo). No obstante, el uso de autotune por parte de Rosalia ha generado diversas críticas respecto al tema, tanto a favor como en contra. Mientras que unos manifestaban que sus conciertos era una pérdida de dinero por emplear playback y autotune, otros la defendían argumentando que los efectos, los bailes y el ambiente era lo que más importaban del concierto. Rosalia abordó esta cuestión a favor del autotune, la cual consideró como una herramienta más que requiere de una pulida técnica para usar y que podía trascender las voces orgánicas que escuchamos habitualmente.
De esta misma manera, el autotune tampoco se queda atrás como tema controversial en Eurovisión (el conocido concurso televisivo musical que aunque al principio pretendía ser Europeo ha ido adquiriendo un carácter cada vez más internacional con el paso del tiempo). Pese a que ha recibido diversas críticas por ello, la dirección del concurso continúa prohibiendo el uso de autotune por considerar que es un concurso y la voz debe seguir sonando en directo para que este no pierda la esencia. Aunque es cierto, y hay consenso de que Eurovisión está influenciado por la política y por las relaciones internacionales, no deja de ser un concurso que tiene que valorar la calidad musical. Para lo cual es estrictamente necesario que la voz no se altere por ningún tipo de procesador de audio, como podría ser el autotune.
Ahora que conocemos la historia del autotune y cómo influye en algunos de nuestros cantantes favoritos, podemos plantearnos qué tipo de música estamos apoyando y hasta qué punto somos conscientes de cómo influye el autotune en la creación y el arte. Reflexionar acerca de si realmente lo apoyamos o nos molesta que los cantantes y autores lo utilicen para modificar sus voces y sus canciones. No debemos olvidar que el cambio es inevitable, y a lo largo de la historia nada ha permanecido. Podríamos considerar el autotune como una trampa para “crear” música o como un instrumento para generar melodías y voces que sin ella, serían imposibles. Al final y al cabo, no debemos de olvidar que se puede emplear sin fines lucrativos, sino como un aparato más para poder inventar música y disfrutar de la creatividad del momento.
Pero su lado negativo es más de lo que se percibe. Es crucial recordar un caso que sacudió el mundo en 1990: Milli Vanilli. Este dúo, compuesto por Fab Morvan y Rob Pilatus, arrasó en 1990 con su pop contemporáneo. Su fama ascendió rápidamente, pero se desplomó de la misma manera. En cuestión de meses, Milli Vanilli fue acusado de emplear playback en sus conciertos, lo que desató críticas sin precedentes que disolvieron el dúo en cuestión de segundos. Lo que alguna vez fue el mejor dúo de pop, se convirtió en uno de los dúos más odiados y criticados. Lamentablemente, en la actualidad, solo Fab Morvan sigue en pie tras el sucidio de Rob Pilatus, quien sucumbió al odio que recibieron. Este caso nos obliga a reflexionar sobre la música actual. Hoy en día, gracias al autotune, cualquier persona se puede convertir en una estrella de la música sin ningún esfuerzo. ¿En serio premiamos a artistas que sin autotune no serían nada, pero matamos a otros como Rob Pilatus por la misma razón?
Sin embargo el autotune, pese a haber recibido mucho hate por parte de gran cantidad de personas, es una herramienta que impulsa la creatividad. El autotune es como una enorme caja de herramientas que te permite crear canciones de un muy buen nivel musical sin requerir ir a un centro de grabación ni tener que comprar instrumentos. Esta libertad de crear obras musicales es una clara ventaja del autotune, puesto que ofrece la oportunidad de que muchos autores que se están iniciando en el mundo de la producción se den a conocer. Además, otra de las cuestiones que hay que plantearse es si realmente es malo que la humanidad decida ser más eficaz y reducir el esfuerzo necesario para producir canciones, porque ¿acaso los oyentes valoran el talento, o la calidad musical? Reconozcamos que aunque el autotune puede tener grandes beneficios, es causante también de cierta pérdida de calidad a nivel musical. Según los críticos, el uso excesivo del autotune está causando una homogeneización del sonido, llegando en algunos casos a hacer casi imposible diferenciar las voces de los cantantes. Además el abuso del autotune puede llevar a la dependencia de la tecnología en la industria musical en lugar de fomentar la calidad vocal. Y por último: muchas personas sostienen que el autotune puede disminuir la conexión entre el cantante y el oyente, lo cual siempre resulta un punto en contra ya que en cierto modo, la emoción es uno de los pilares de la música.
Así que, nuestra recomendación es:
Como artistas, el autotune puede llevarnos a conocer un mundo diferente, a explorar nuevas formas para transmitir nuestras ideas y visiones del mundo, ya que al fin y al cabo, la música es un arte sin duda alguna. Nosotros decidimos el peso que el autotune tendrá en nuestro arte y en lo que queremos transmitir al mundo, así que nosotros decidimos que tan malo o bueno, que tan presente o ausente, debe estar el autotune en la música que creamos y que queremos que el mudo conozca. Y como oyentes, somos nosotros los que debemos valorar si preferimos priorizar mantener la esencia musical y eliminar el autotune de nuestras vidas como consumidores, o si por el contrario debemos seguir utilizando autotune para así escuchar canciones que sean más entretenidas. Como siempre, creemos que debe encontrarse el equilibrio: ni cancelar el uso del autotune, ni sobrevalorarlo hasta perder la esencia de la música.
En conclusión, el autotune es una herramienta que puede proporcionar múltiples ventajas: mayor creatividad, menos límites, más facilidad en la creación de nuevas canciones y sobre todo una oportunidad de disfrutar de la música sin necesidad de ser una estrella. Sin embargo, podríamos decir que el uso excesivo de autotune puede llevar a la pérdida de lo que hasta ahora se ha conocido como música.