Introducción
El miedo a la parálisis, las manos sudorosas, el temblor del papel y una pequeña congoja que se va apoderando de ti mientras hablas. Se trata de los síntomas más comunes de las exposiciones orales. En pleno debate, estas sensaciones se ven incrementadas drásticamente. Imagina que tienes que salir frente a un público, y no sólo tienes que exponer un argumento de una forma entretenida y que suscite interés, sino que también tienes que desafiar al equipo contrincante y tratar de deconstruir toda su línea argumental. Es así como los debates requieren de una gran capacidad de improvisación, de defensa de opiniones sobre temas de actualidad dispares, de atención y sobre todo de persuasión, tanto con palabras como con lenguaje no verbal. “Seducirles con las palabras” les decían los profesores. Aquella frase les persiguió durante toda su trayectoria en el torneo de debate y también una vez acabado este. Otro fantasma que frecuenta sus memorias es la expresión “ocio digital”, que tantas veces escucharon durante este mes de octubre en el que se prepararon para el debate. Analizaron el tema, le dieron mil vueltas y se convirtieron incluso en expertos que podrían escribir una tesis doctoral en contra del ocio digital. Volvamos así a esos momentos recordando el tema del XI Torneo de Debate de Bachillerato: ¿es el ocio digital positivo durante la juventud?
Los acontecimientos
Tras la cancelación de la Liga de Debate del Navarro Villoslada, que debió haber tenido lugar allá por marzo a comienzos del confinamiento, un grupo de 4 jóvenes sin experiencia alguna en el arte de debatir, se embarcaron en una andanza repleta de altibajos. Una vez curada la confusa dicción con medicina tradicional (hablar con un boli en la boca) y habiendo incorporado el lenguaje culto al vocabulario zeta, los aspirantes a representar al IES Navarro Villoslada en el TDB observaron una notable mejoría en sus habilidades comunicativas gracias a las clases de oratoria. Poco a poco fueron cultivando sus propios argumentos y contraargumentos con los que defenderían el prestigio que el instituto ha ido acumulando año tras año.
Se acercaba el día D cuando el equipo comenzó a sufrir pérdidas. El primero en caer en manos del enemigo invisible fue Patxi, (ex) profesor y veterano orador, que se vio encerrado entre dos mascarillas y cuatro paredes durante 10 días. En ese momento, el pilar de la competitividad, fundamental en la búsqueda del éxito, se tambaleó momentáneamente hasta que Mamen, compañera de aventuras de Patxi y esnob de la moda, recondujo este proyecto para que pudiese salir adelante. Después vino el golpe más fuerte, cuando Amaia, la carta de presentación del grupo, se encontró aislada en su habitación de la noche a la mañana, dejando dos huecos vacíos en las intervenciones difícilmente reemplazables. Sí la situación ya era de por sí adversa, los supervivientes tuvieron que enfrentarse a una última baja inesperada. Y es que Román, el experto, contempló cómo su sistema inmunitario perdía una inoportuna batalla.
A pesar de todos los males, los tres ilusos discípulos de Gabriel lograron surfear las olas de un mar de emociones y sacar a flote unas intervenciones que aunque pobres en un principio, fueron puliéndose y acicalándose hasta relucir retórica y seducción en cada frase.
Finalmente, el torneo comenzó la tarde del 23 de octubre, y los arrolladores argumentos llevaron al Navarro Villoslada hasta la final. La cual tras media hora de efusivos alegatos se decantó a favor del colegio San Ignacio. No obstante, el hecho de haber podido llegar hasta allí ya era toda una victoria para ellos.
Sensaciones
“¡Es pura química!” le repetía Patxi al equipo directivo mientras les entregaban los pañuelos de San Fermín como obsequio por haber quedado subcampeones. Es verdad, Patxi tenía razón, lo de su grupo de debate integrado tanto por profesores, alumnos y ex-alumnos era pura química. ¿Cómo pueden unas personas que no se conocían en absoluto, que sólo sabían de la existencia de los demás de oídas, poder trabajar tan bien juntas y proponer unas ideas tan creativas y argumentos tan potentes?
El ocio digital les llevó hasta una época anterior: hasta la filosofía griega con el Mito de la Caverna de Platón y la cita célebre de Aristóteles o hasta el barroco con Lope de Vega. Y es así como a parte de aprender cómo ser un buen orador, también aprendieron a trabajar en equipo y a obtener la clave secreta que lleva a la victoria de un debate. ¡A Román! Que les echaba un cable de vez en cuando.
Fue un proceso duro, lleno de altibajos en la presión arterial y lleno de comidas en tupper después de largos días de instituto, pero nada que no se pudiera resolver con un café con demasiado azúcar de la máquina de café. El espíritu incansable y la confianza depositada en esos cuatro inexpertos debatientes por parte de Patxi y Mamen lograron convertir en tardes fructíferas las largas jornadas en las que, en ocasiones, las manecillas del reloj parecían moverse a cámara lenta. Esas exhaustivas sesiones de preparación, sin embargo, culminaron con un resultado más que merecido al término del Torneo, y es que el equipo alcanzó un segundo puesto, coronándose así como subcampeón. Habiendo superado las bajas que a escasos días de la celebración del debate habían echado a temblar a los integrantes del grupo, todos ellos concluyeron esta experiencia con la certeza de haber dado lo mejor de sí mismos, lo cual queda demostrado en su impecable actuación.
A destacar
En resumidas cuentas, a través de la participación en un debate se obtienen una gran serie de beneficios ligados a la habilidad comunicativa. Por ejemplo, se potencia la habilidad de recopilar y organizar ideas (una habilidad que el conclusor pone mucho en práctica), además, se desarrolla una capacidad para encontrar conexiones lógicas entre los datos ofrecidos por el equipo contrario (habilidad usada por segundo refutador para encontrar incoherencias en el argumento del oponente).
Por otra parte, la habilidad de adaptarse es también muy valorada en las ligas, dado que el debate es una situación fluida, en constante cambio, en la que se tiene que reaccionar rápidamente ante las preguntas que van a destrozar tu argumento. No hay dos debates iguales. Sin embargo, lo que permanece constante en cualquier debate, la piedra angular que caracteriza por completo a tu competición de oratoria, es la manera de ganar. Steven L. Johnson (campeón mundial de debate académico) lo dice así: “Con frecuencia me preguntan qué se necesita para ganar debates. La respuesta aparente es sencilla: ganar debates requiere que persuadas a tu audiencia de que ganaste”. Es decir, lo más destacable del debate es la persuasión, ya que es de eso de lo que se trata. El equipo tiene que convencer de que su postura a favor o en contra es la que prevalece sobre la postura del otro equipo.
Una grata sorpresa que los debatientes recibieron, sin duda uno de los puntos más satisfactorios de la experiencia, fue la alta compatibilidad y la fluidez que florecieron entre ellos al acelerado compás de sus pasos aproximándose al día señalado. Y es que, sin siquiera darse cuenta, construyeron un camino que alternaba momentos de dura presión e indecisión acerca de refutaciones imposibles con relajadas risas que servían de soplos de aire fresco. Una vez terminado el Torneo, todos coincidieron en una cosa: se habían complementado como las piezas de un puzzle que, si bien había parecido una combinación un tanto extraña al principio, terminó dando como resultado un equipo comprometido en el que nadie buscó capitanear el rumbo, sino empujar como uno más la bola de nieve hacia lo alto de la colina.
Motivación para otros años
Sin dudarlo ni un segundo, los debutantes afirman con rotundidad que repetirían una y mil veces esta experiencia de debatir. Y por ello animan a todos los lectores a que prueben de este manjar. Ellos lo describen como una adicción sana. Una vez que los nervios post-competición se ven reducidos, aumentan las ganas de reincidencia y sientes como el cuerpo te pide más. Más enfrentamientos verbales, más discursos victoriosos, más peleas literarias. En definitiva, más Lope de Vega.
Os dejamos aquí el vídeo del pase a semifinales, en el que se puede ver nuestra emoción por el logro alcanzado y también el enlace a la gran final.
Ainhoa Chica (2º Bach. F), Delia Dinca (2º Bach. F) y David Lecumberri (2º Bach. Internacional)