¡Vaya aventura que fue mi mes en Alemania! Como estudiante de intercambio, me encontré inmerso en un sistema educativo completamente diferente al que estaba acostumbrado aquí en España. Algunas de las diferencias más notables que experimenté durante mi estancia son narradas en este artículo.
En primer lugar, quedé impresionado por la reputación que tienen las escuelas alemanas. Desde el primer día, pude notar la importancia de la excelencia académica y la seriedad con la que se tomaban la educación. Las instalaciones escolares eran modernas y bien equipadas, y los profesores eran muy respetados y exigentes. La cultura del estudio y el compromiso con el aprendizaje eran palpables en todo momento. Al instituto se iba con respeto y a estudiar a tope, una mentalidad muy diferente a la española.
Una de las diferencias más grandes que noté fue el enfoque en la autonomía y la responsabilidad de los estudiantes. En Alemania, se espera que los estudiantes se organicen y administren su tiempo de manera independiente. Los horarios son más flexibles y hay menos énfasis en el control por parte de los profesores. Esto fue un cambio interesante para mí y los otros estudiantes españoles, ya que al no tener a nadie encima nos volvimos más autónomos y eficientes. Nos pareció que era una manera muy buena de educar a los alumnos de forma indirecta a ser autosuficientes y hacer todo por sus propios medios, como en una universidad.
Además, quedé impresionado por el sistema de formación profesional en Alemania. A diferencia de España, donde la educación técnica a menudo se percibe como una opción secundaria, en Alemania se valora enormemente. Los programas de formación profesional ofrecen una combinación única de aprendizaje en el aula y experiencia práctica en el lugar de trabajo, lo que prepara a los estudiantes para carreras exitosas en una variedad de campos. Con lo que respecta a los maestros, para enseñar en un instituto hay que tener una doble titulación y varios años ejerciéndola.
Sin embargo, también noté algunas diferencias en cuanto a la diversidad y la inclusión en las escuelas alemanas. Aunque había estudiantes de diferentes orígenes culturales, noté que la diversidad no era tan grande y profunda como en España. Esto me hizo ver que aunque puede que no lo percibamos todos los días, aquí tenemos una variedad étnica muy bonita que enriquece nuestra cultura.
Autor: Mario Elizari Vergara (3º ESO A)