Querida Mila,
Esta es una despedida agridulce para el Instituto Navarro Villoslada. Nos toca despedirnos de una persona muy especial, alguien que ha sido el corazón y el alma de este lugar durante los últimos 23 años. Años en los que has sido testigo de miles de cambios. Me has hablado de ellos: del cambio en los profesores, que antes te parecían más distantes, y de su relación con los alumnos: «antes había mucho respeto por parte de los padres y los alumnos a los profesores», me contabas días antes de marcharte. “Durante estos años la relación entre los alumnos y el profesorado ha cambiado de forma notoria, y no solo con los profesores, sino que también con el personal en general, se nota que el trabajo que desempeñamos en el instituto pesa.” En estos 23 años también destacas cómo las nuevas tecnologías han afectado y de alguna manera han transformado tu trabajo. Sabemos que no ha debido de ser fácil para ti comenzar a controlar de forma diaria la tecnología y estamos muy agradecidos de que aunque a veces te resultase muy complicado apañarte con ello, nunca fallaste en nada y siempre estuviste ahí para todos nosotros. Incluso aquella vez en que, me cuentas, utilizaste por primera vez el taladro, en un aula, e hiciste tal agujero que hubo que taparlo con un perchero de pared. Pero me dices que si tuvieras que quedarte con un cambio de entre todos lo harías con el grupo de mediación para resolver problemas entre el alumnado y el ascensor. Mila, tú has sido testigo de la evolución de nuestro instituto, de los cambios en las instalaciones, de las nuevas tecnologías que se han ido implementando, y a pesar de todos esos cambios, tu espíritu y tu compromiso han permanecido inalterables. Tu capacidad para adaptarte y seguir adelante con una actitud positiva es algo que todos admiramos profundamente.
Me dices que te vas «con una maleta llena de recuerdos bonitos, toda la maleta guardada en mi corazón», que aunque llevemos «los pantalones caídos, moda playa y pantalones rotos» te has encariñado de muchos de nosotros porque nos has «visto crecer «. Y tanto nos has visto crecer que a muchos de esos alumnos de hace veinte o quince años les has vuelto a ver los sábados en las representaciones del Taller de Teatro, porque también estabas aquí los sábados por la tarde ayudando en la organización de las funciones.
Decirte adiós no es tarea fácil, porque has sido más que una conserje para nosotros: has sido una amiga, una confidente, una segunda madre y, sobre todo, una fuente inagotable de alegría y amabilidad. Te damos las gracias de parte de todos aquellos alumnos que ya no están, y a los que ayudaste haciendo de psicóloga, enfermera, paño de lágrimas… y un millón de cosas más ganándote un sitio fijo en nuestros corazones. Desde el primer día que entramos por las puertas del Navarro, tu presencia se sintió como un soplo de aire fresco. No importa cuán difíciles o ajetreados fueran nuestros días, siempre estabas allí con una sonrisa en el rostro, lista para ofrecer una mano amiga o una palabra de aliento. Nos has enseñado, a través de tu ejemplo, el valor del trabajo bien hecho, la importancia de la amabilidad y el poder de una sonrisa para iluminar hasta el día más gris.
Muchas gracias Mila, gracias por enseñarnos que el trabajo puede llegar a ser una parte muy importante para nosotros. Gracias por ofrecerle al instituto una persona como tú, llena de sonrisas y siempre atenta a las necesidades de los demás. Te deseamos todo lo mejor en esta nueva etapa. Que disfrutes de cada momento, que encuentres tantas alegrías como las que nos has dado a nosotros y que sigas siendo esa persona maravillosa que tanto admiramos. Siempre serás parte de la familia del Instituto Navarro Villoslada, y aquí tendrás tu hogar y tus amigos.
Con todo nuestro cariño y gratitud de todos estos 23 años,
El IES Navarro Villoslada y Adelina Shaban (1º BTO B)