El pasado marzo el alumnado de Economía de bachillerato realizó un estudio sobre la presencia de las mujeres en la enseñanza no universitaria. El proyecto se contextualizó dentro de las actividades previstas por el equipo de Coeducación en torno al Día de la Mujer. Los datos mostraban una presencia mayoritaria de mujeres en estos niveles educativos, y en concreto en la enseñanza secundaria, tanto en la Unión Europea como en España y en Navarra. Sin embargo, el mayor porcentaje de profesoras no se refleja en los equipos directivos, donde la presencia femenina es minoritaria.
La escasa presencia de las mujeres en la dirección de los Institutos no es un dato aislado, sino una realidad visible en otros muchos ámbitos profesionales. En la Administración Pública en España más del 60% de los empleados son mujeres, mientras que menos del 30% de ellas ocupa cargos directivos. A nivel privado, un estudio realizado en 2017 por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) señala que las mujeres sólo ocupan un 10% de los cargos de alta dirección en las empresas, y según InfoJobs (2018) solamente un 27% de mujeres dirigen los departamentos empresariales.
Para reflexionar sobre los motivos que pueden explicar esta realidad se elaboró un cuestionario con 10 afirmaciones a valorar en una escala de 1 (nada de acuerdo) a 5 (muy de acuerdo). Los cuestionarios se entregaron en papel a todo el personal, y se obtuvo una tasa de respuesta del 70.8%. De los 75 contestados un 60% provenían de mujeres y un 20% de hombres (el 20% restante no indicó el género). La tabla adjunta resume los resultados obtenidos.
Las afirmaciones con las que el profesorado está más de acuerdo son, por un lado, las que tienen que ver con el papel tradicional en el que se ha educado a las mujeres (cuidados familiares y preferencia por otros aspectos de la vida), y por otro lado las relativas al dominio masculino de las esferas de poder (a ellas no se les proponen cargos directivos y sienten que tienen que demostrar más que sus compañeros hombres). También se observan diferencias significativas en las valoraciones entre mujeres y hombres en algunos items.
Los resultados obtenidos en las encuestas muestran coincidencias con otros estudios llevados a cabo por diferentes instituciones y expertas. En todos ellos aparece el conflicto entre maternidad y carrera profesional. En otros, como el realizado por ESADE, “Gener Monitor”, refleja que 7 de cada 10 mujeres directivas creen que las empresas dan un trato de favor a los hombres en el ascenso hacia puestos de alta responsabilidad.
Mª Ángels Viladot, doctora en Psicología Social y autora del libro Género y poder en las organizaciones, señala varias razones que llevan a las mujeres a evitar el liderazgo: «Pensar que no son lo bastante adecuadas, porque ya conocen los prejuicios hacia las mujeres que les esperan o porque no están lo bastante interesadas, pues tienen otras preferencias». La autora matiza que a menudo la cultura competitiva que impregna las empresas es un freno para que las mujeres quieran liderar: «Las mujeres generalmente buscan formas de actuar comunales, en grupos pequeños y con lazos más íntimos, y evitan relacionarse con grupos masculinos de poder, puesto que competir no encaja con las características asignadas a su género».